
Ha llegado un punto en el que el sonido destartalado de mi CPU se integró a mis labores en la computadora, ha llegado un punto en el que aquel insoportable y delator sonido del ordenador encendido me ha resultado una amable compañía, tan solidaria como las radios rockeras y sin locutores o aquellas que por mera distracción sintonizo desde mi PC.
Aquel cooler trastabillando ha ganado ya su lugar, completando ese vacío frio, esa soledad cóncava del internet. De igual forma, sé que pronto, estos parlantes imperfectos, de sonido similar al de un par de audífonos en un vaso... volverá más nostálgica, más melancólica las estridentes canciones que hago resonar una y otra vez, cuando me harto de radios y solo quiero hacer de mi cuarto un mini acelerador de partículas... para dinamitar mi emociones, con la idea de que así, luego, ya no tendré que pensar en ellas... sé que harán más entrañables esas canciones... y que de igual forma, sé que pronto querré ese par de parlantes...
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