jueves, 19 de julio de 2012

¡YA NO PUEDO TOCARTE, ALICIA!


* Por Jesús Edgar Augusto Coa Begazo

Ya no puedo tocar a Alicia. Mejor dicho, ya no puedo tratarla como antes.



Desde que afrontamos el reto, de mejorar yo y ella ser el instrumento para tal fin, las cosas fueron extrañas. El inicio fue complicado pero entretenido. Yo venía cargado de conocimientos y técnicas que obstaculizaban nuestra relación; ella por su parte, traía consigo una concepción nueva para mí de la música, de la armonía. Requería de mucha paciencia y un mejor talante, pero prometía que el sonido tendría un efecto incomparable con un gran amplificador al  que denominaba fe.

Algo sucedió y los días pasaron interrumpiendo los encuentros. Estaba acostumbrado a compartir su compañía cada tarde, pero a pesar de verla a la distancia no podía retomar aquellos momentos.

¿Por qué sucedió? No lo sé con certeza, pero asumo que el error fue mío. Una noche, entusiasmado, soñé con ella. Tocaba en su cuerpo una melodía intensa pero tierna, deslizando por su cuello mis más acertadas caricias; ella por su parte respondía proponiendo la unión eterna de nuestras almas. En la mañana siguiente, inspirado por tal revelación, quise ser músico; intenté recrear una acción a partir de un sueño, sin tomar conciencia que forzaba las aún delicadas cuerdas de nuestra relación de amistad y sucedió lo inevitable: Le dije adiós al sonido más agudo, tierno y consentido, al de su primera cuerda. Aquel filamento que se levantaba en un bend* produciendo un agudo que erizaba mi piel. Parecía como cuando una bella dama levanta la ceja por encima de sus aun más bellos ojos, cerrando uno mientras cautiva con el otro.

Desde entonces, Alicia invade mis sueños, ya sea dormido o despierto. Ya no puedo tratarla más pues rompí una de sus cuerdas; su sonido ahora está resentido. No existe más sonido tierno, agudo; no existe más aquella levantadita de ceja que entusiasma. Sólo quedan los corazones magullados de cada uno de mis dedos, extrañándola. Concluyo diciendo que ahora no estoy convencido de ser músico;  sólo fui músico en mis sueños, tocándola a ella.

 Arequipa, 19 de julio de 2012
*bend: Efecto musical conseguido tocando una nota y estirando la cuerda agudizando el son

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