En los últimos años, se vienen
dando procesos de planificación importantes para la provincia y la región
Arequipa. Sin embargo, pasan desapercibidos para muchos ciudadanos o vecinos.
A fines del 2010, el Gobierno Regional de Arequipa,
después de varios intentos, inició “realmente” el proceso de Zonificación
Ecológica Económica y Ordenamiento Territorial, a través de un proyecto de
inversión pública (SNIP Nº 92584), que permitió disponer de financiamiento para
contratar un equipo de técnicos a tiempo completo y asumir el costo de un
conjunto de estudios físicos, biológicos, y socioeconómicos de alcance regional.
De otro lado, en el segundo
semestre del 2011, inició un segundo proceso de similar importancia. Me refiero
al Plan de Desarrollo Concertado de Arequipa, a cargo de un equipo de
consultores convocados por el PNUD –
Arequipa, en coordinación con la Gerencia de Planificación del Gobierno
Regional.
Por último, a principios de este año, la Municipalidad Provincial de Arequipa otorgó al Consorcio GR Arquitectos (García de los Reyes Arquitectos Asociados SLP) la buena pro para elaborar el Plan de Acondicionamiento Territorial y Plan de Desarrollo Metropolitano. Ambos documentos han sido presentados a la ciudadanía y aun se debate sobre su contenido.
Estos tres procesos, cuyos nombres complicados y extensos no le dicen mucho al ciudadano, son muy importantes.
En el primer caso, el proceso de ZEE
y OT, brindará una propuesta consensuada de cómo organizar adecuadamente nuestras
actividades en el territorio. En palabras simples, nos brindará propuestas de cómo
desplegarnos responsablemente en el territorio, ya sea para edificar viviendas,
cultivar, extraer metales, hacer turismo, conservar biodiversidad o patrimonio
cultural, y todos nuestros proyectos futuros procurando reducir conflictos por
el uso, bajo un criterio de sostenibilidad.
De la misma manera, el Plan de Desarrollo Concertado de Arequipa, nos permite construir colectivamente la propuesta de desarrollo de la región (visión, lineamientos, proyectos, etcétera) integrando las nuevas oportunidades sobre la base del conjunto de capitales disponibles (natural, humano, físico, y financiero).
Por último, el Plan de Acondicionamiento Territorial y Plan de Desarrollo Metropolitana, integra el propósito de los planes anteriores para la zona metropolitana de la provincia de Arequipa.
De la misma manera, el Plan de Desarrollo Concertado de Arequipa, nos permite construir colectivamente la propuesta de desarrollo de la región (visión, lineamientos, proyectos, etcétera) integrando las nuevas oportunidades sobre la base del conjunto de capitales disponibles (natural, humano, físico, y financiero).
Por último, el Plan de Acondicionamiento Territorial y Plan de Desarrollo Metropolitana, integra el propósito de los planes anteriores para la zona metropolitana de la provincia de Arequipa.
No es poca cosa lo que se está desarrollando. A modo de ejemplo, si deseamos mayores inversiones en el sector industrial, inmobiliario, minero, nos interesa revisar los mapas, estudios, y demás, para saber cuáles son las zonas más aptas para desplegar esas actividades sin provocar conflictos sociales. De la misma manera, si consideramos prioritario obtener mejoras sustanciales en educación, salud y calidad del empleo, el PDC debe incorporar esas metas.
Los tres procesos de planificación, deberían significar, por varias razones un hito importante en el desarrollo de la provincia y región, la cual experimenta un periodo de crecimiento económico sostenido, que genera oportunidades para resolver los problemas sociales de mayor complejidad: caos del sistema de transporte, incremento de la conflictividad, persistencia de desigualdad en zonas rurales de la región, precariedad en las condiciones laborares, problemas en la provisión del servicio de agua potable, disminución de la campiña, entre otros.
Los equipos a cargo de cada proceso, han promovido niveles de participación disímiles. En el primer caso (ZEE y OT), el equipo mantiene un vínculo fuerte con la gerencia responsable (Autoridad Regional Ambiental), lo cual permite hacer un mayor seguimiento y retroalimentación constante, se ha conformado una Comisión Técnica Regional en la que participan alrededor de veinte instituciones, además de múltiples Mesas de Trabajo que apoyan la elaboración de estudios.
En el segundo caso, (Plan de Desarrollo Regional), el proceso ha variado su enfoque participativo, en sus inicios se proyectó que un equipo de técnico de buen nivel, desarrollaran un documento orientador, el cual sería validado en talleres provinciales. Posteriormente, a partir de la solicitud (casi exigencia) de organizaciones sociales, se conformaron mesas de trabajo temáticas para profundizar el diagnóstico y la prospectiva por cada objetivo estratégico. Actualmente, se ha extendido el proceso de elaboración, más allá de los tres meses considerados al inicio.
En el tercer caso, el más reciente, la comuna provincial de Arequipa, contrató una consultora extranjera que elaboró propuestas de cómo organizar la metrópoli, y también actualizó (la visión) del Plan de Desarrollo. Esta labor ha sido criticada porque los planes no dan continuidad ni marcan tendencias para el crecimiento económico ordenado y desarrollo de Arequipa, además el nivel de involucramiento de la sociedad civil organizada fue superficial. Se difundió el plan pero poco o casi nada se hizo para generar espacios de discusión y propuesta.
Actualmente, a partir de la movilización de varios colectivos, se han logrado, entre otras cosas, que no se apruebe el plan (en diciembre como estaba previsto) y que se generen más espacios de discusión.
Un paneo rápido del rol de las autoridades y ciudadanos en los tres procesos de planificación mencionados nos trae varios aprendizajes.
Primero: Cada vez más autoridades asumen el valor de la participación ciudadana en la elaboración de planes y políticas públicas.
Segundo: la ciudadanía representada, ha incorporado el hábito de ser parte de esos procesos, reafirmando su derecho. Por eso, toda vez, que se pretenden aprobar planes de escritorio se escuchan desde varias tribunas voces de reclamo, y no se hacen esperar las acciones de incidencia para frenarlos.
Tercera: Esa respuesta organizada sirve para dar impulso a olas de cambio. Cambios en la forma de pensar de autoridades, y técnicos que aun subvaloran la participación de la gente, y cambios en la actitud de ciudadanos que prefieren mantenerse al margen porque para ellos “es cosa de alguien más”.